Por todo lo expresado, el tema principal de la propuesta se basa en la realización de un método de trabajo especialmente diseñado para promover y estimular el desarrollo de la inteligencia afectiva y emocional. Dicho método se desprende de las premisas teóricas y epistemológicas contenidas en mi tesis de doctorado “Aportes para una teoría integral de la afectividad. El desarrollo de la inteligencia y de la educación emocional y afectiva” (Genovesi; 2020) y en el libro –también de mi autoría- escrito con la finalidad de implementar dicho método de trabajo en el aula: «Aprendiendo a conocer mis afectos y emociones» (Genovesi; 2018)

El libro trata sobre el universo de los afectos y de las emociones, compuesto por una matriz de ocho emociones que da lugar a una constelación de afectos afines. Por ejemplo, la emoción del amor genera su propia red de afectos: la generosidad, el respeto, la empatía, la gratitud, la solidaridad, etc.; así como la emoción de la ira, genera los suyos propios: el fastidio, la bronca, el enojo, el rencor, el resentimiento, etc. En total se desarrollan 8 grupos de constelaciones distintas (la constelación del amor, de la ira, de la tristeza, del miedo, de la alegría, de la vergüenza, de la ansiedad y de la felicidad) y la idea es que, partiendo de la lectura puntual y singular de cada una de esas constelaciones, primero se produzca una identificación teórica – cuál sería tal emoción, cuáles serían sus afectos derivados- para luego producir una identificación sensitiva y corporal. Para ello, se proponen modalidades de trabajo mixtas (visualizaciones guiadas, técnicas de relajación y conexión corporal, diálogo e intercambio de experiencias, análisis de consumos mediáticos, etc) para que los chicos puedan ir tomando conciencia de la forma en que los distintos afectos están presente en ellos y cómo. Al tratarse de un libro didáctico, el concepto de “constelación” está vinculado a la astronomía, para que los chicos puedan comprender en sentido figurado que cada emoción sería un “planeta” y que sus afectos afines formarían como una “constelación de estrellas”.

A través de este camino de autoconocimiento, se propone ir desarrollando la Educación Emocional, para que ellos puedan ir reconociendo la presencia de las distintas emociones y afectos y cómo estos actúan en ellos. De esta manera, el objetivo es tratar que ellos identifiquen patrones de conducta propios que les generen un malestar consigo mismos o con los demás y que tomen dimensión de las consecuencias de ciertos actos.